Varias han sido las ocasiones en las que he retomado, o al
menos he hecho en intento, de (re)escribir este blog, pero como lo dije en el
último post de hace ya 9 meses, “… no he podido encontrar las palabras correctas…”.
En ocasiones la autocrítica, muchas veces utilizada para
tratar de hacer mejor lo que escribo, me ha dejado al borde de publicar lo que
realmente siento, volviendo un voraz censor de mi mismo. Una pena.
En este tiempo de ausencia, he tenido la oportunidad de leer
algunas novelas que me han agradado bastante. Salté de los “textos juveniles” a
la “literatura seria” de Carlos Ruiz Zafón, con su trilogía del “Cementerio de
los libros olvidados”. Tres libros que desde el primer momento me atraparon y
me llevaron por una Barcelona mágica, pasada y bien lograda. La forma de
entrelazar la historia, dejando siempre cabos sueltos para tener de dónde
sostener una trama que al final, no muy de mi agrado, fue bien culminada.
Entre los libros que actualmente leo, son de géneros
distintos, pero que me permiten llevar el hilo de cada uno sin enredarme en las
historias. Hay uno de periodismo, que relata la captura del Chapo Guzmán (antes
de que se les volviera a pelar) de José Reveles y una novela acerca de la
muerte de Pitágoras la cual no me ha logrado captar mi atención al cien.
Veamos que tanto influyen estas dos lecturas en las
aportaciones que, espero, sean semanales desde este día.