Esto es cierto. La perfección se puede buscar, con el día a día, y lo que para nosotros es eso, perfecto, alguien más llega y nos demuestra que no es así. Y de nuevo comienza la travesía personal para alcanzarla.
La perfección la alcanza quien no hace caso de lo que pase o se diga a su alrededor. Porque la perfección, muy a diferencia de lo que creemos, sólo se puede ver hacia el interior de cada uno de nosotros.
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