miércoles, 23 de agosto de 2006

¿Otra gran cortina de humo?

Y de la nada, sin que nadie lo supiera porque los hayan reportado antes, aparecen tres pescadores en medio del inmenso Océano Pacífico y ni más ni menos que a ocho mil, si lo leyó bien, 8,000 kilómetros de las costas mexicanas. Es para dar escalofrío, ¿verdad? Pero remontémonos un poco en la vida del país. Corría el año de 1994, el país estaba convulsionado por un “error”, así lo llamaron, el error de Diciembre, el cual nos estanco en una crisis económica de la cual todavía quedan secuelas. Después de unas ELECCIONES muy dudosas, porque el gobierno de entonces se encargo de maquinar una gran elección de estado y la crisis que ya comentamos anteriormente, el pueblo estaba muy descontento con el presidente que salía, Carlos Salinas de Gortari. Los mexicanos de aquel tiempo, vomitaban improperios contra la persona que los había engañado, y al que el partido oficial, no defendía pero tampoco condenaba. Fue por ese tiempo, que parecía que México entraba en una crisis social muy grande, apareció un mítico personaje que todos recordamos, aunque nunca vimos, el famosísimo chupacabras. Digo personaje, porque estaba en todas partes, camisetas, canciones, spot de radio, en fin, en todas partes. La atención del país, generalizando claro, se centro en esta historia que nunca fue avalada por personas serias, léase científicos, intelectuales, etc. Los únicos que atendieron a este llamado fueron personas tan reconocidas en el ámbito social, como Jaime Mausan y una infinidad de personas que no tenían, o tienen aun, sustentos científicos y mucho menos credibilidad. En aquel tiempo se dio demasiado espacio en los medios de comunicación a este caso, que desvió la atención de la mayoría de las personas en este país. Pues es bastante raro que en momentos como los que estamos viviendo, se comience a difundir una historia, casi, increíble de tres personas (que se dice que eran cinco al zarpar) de las cuales, tres lograron sobrevivir durante nueve meses a la deriva en una lancha tiburonera en el Océano Pacífico, que de esto último nada tiene. Por supuesto es muy atractivo conocer las penurias que pasaron durante este tiempo, cuantas anécdotas tendrán, en fin, es una gran aventura todo eso que “vivieron”. No soy médico, no soy especialista, pero me intriga un detalle. Según se (si alguien pudiera refutar esto se los agradeceré mucho), ninguna persona puede durar tanto tiempo comiendo solo pescados, gaviotas y un pato (la misma cara que pusieron ustedes al saber esto puse yo) sin que les de escorbuto. Esto porque durar tanto tiempo sin ingerir ácido ascórbico o vitamina C lo produciría. La otra cuestión es, que después de nueve meses a la deriva, se ven bastantes rozagantes, sin ningún rastro de quemaduras por el sol. Además de que se veían bastante cuerdos para ese tiempo viendo casi siempre viendo agua, además de sus dos compañeros a bordo. No se si peque de desconfiado, pero ya son bastantes cosas que debe de enfrentar el gobierno federal, aunque no directamente pero los embarran, en estos días como las protestas por la elección presidencia, el conflicto magisterial en Oaxaca o la ola de inseguridad en todo el país y una historia de supervivencia casi imposible, pues viene a dar un descanso a tanto alboroto por tantas situaciones. Son muchas las incógnitas y pocas, o muy increíbles, las respuestas. Si en realidad pasó esto que ellos relatan, que suerte tienen y que afortunados son al volver con vida, al menos, los tres que lo hicieron. Hay que estar atentos, más que a otra cosa, a los acontecimientos que en realidad pueden cambiar el rumbo del país y no a historias dudosas, que si fueran ciertas, en nada cambiaran el rumbo de esta gran nación.