Hoy no voy a hablarles de política, religión o cosas del corazón…. No… Hoy solo quiero decirles algo que es bastante desagradable para casi todos los que habitamos el planeta (eso creo yo) pero que a menudo nos pasa. La mayoría de los habitantes costeros del Océano Pacífico, si, el mismo donde se perdieron los tres weyes esos que salieron a pescar tiburón, conocemos por mera cultura general que es un huracán. Para los que no sepan, según el diccionario huracán es un viento de enorme fuerza, originado generalmente en zonas tropicales, que gira en grandes círculos y que, sobre todo, produce un chinguero de lluvia a su paso. Bueno, pues resulta que este día, paso muy cerca de las costas de mi tierra el huracán John, el cual tenía, al pasara por estas costas de Colima, una intensidad de categoría 3 (una escala que quien demonios sabe la puso, pero bueno). Mucha, pero muchisima gente, intuyéndome, aun sabiendo de lo que esto implicaba, salimos sin un aditamento que nos cubriera de la lluvia. Claro nos debemos de sentir impermeables. Pero, ¿por qué salir sin ni siquiera una chamarrita rascuacha? La cuestión fue que a las primeras horas del día, ya estando el dichoso huracán frente a las costas de Manzanillo, no se sentía ni el más leve zumbido de viento producto del meteoro, no llovía copiosamente como en otras experiencias de huracanes nos había tocado, así que conchudamente dijimos, “pos no hay pedo, de todas maneras no esta lloviendo ahorita”. Y pos ya se imaginarán, el monton de gente tarada que salimos así nomas, pues nos hemos puesto una mojada que para que les cuento. Moraleja para los que viven en los estados del pacífico y más para los tarados que salimos creyéndonos impermeables: basta de babosadas y cuando sepamos que hay un huracán cerca, tomemos algo de casa que nos cubra de la lluvia. P.D.: Si por alguna razón no vuelve a aparecer un artículo firmado por el mí, es que por la mojada, me dio pulmonía.
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