sábado, 1 de agosto de 2009

Hasta pronto...

De nuevo llega la tarea de decir hasta luego, a mi tierra, mis amigos, familia, a la niña más hermosa del universo. Regreso a los días en que el tiempo parece recortarse, a un mundo surrealista lleno de características raras, donde la sociedad es ajena a ella misma cuando de mirar al lado se trata. Los días de trabajo, de búsqueda de oportunidades, raros, de aislamiento auto infligido, de meditación nocturno regresan.

La Ciudad de México ofrece tanto laboralmente como culturalmente una abanico inmensamente mayor, pero esa razón no merma y menos es comparable con la tranquilidad de mi tierra y eso es una de las muchas razones por la cual voy a seguir extrañando Colima como el primer día que viví en el D.F.

Una semana en la que pude desestresarme, reflexionar y disfrutar de todo lo que mi tierra ofrece y vaya disfruté al máximo. De departir con amigos, compartir con mi niña hermosa, y sobre todo, valorar la oportunidad que se me da en estos momentos difíciles.

Regreso al D.F. con la firme convicción que este no es un adiós. Sé bien que hay ocasiones en las que la lejanía puede ser buena, buscar y aprovechar nuevas oportunidades, pero también me es claro que como Colima no hay dos.

Sea pues este un hasta luego amigos, pronto tendré la oportunidad de disfrutar de su estupenda compañía. Hasta pronto mi niña preciosa, que a pesar de la distancia a cada momento pienso en ti y los dos sabemos que estamos más unidos que nunca, gracias por tu apoyo.

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