Desperté absorto de un sueño extremadamente raro. Inmediatamente salí de mi habitación y vi ese espacio, con el cual me topaba cada mañana, al cual nunca había reparado en ponerle atención, y justo dónde había transcurrido ese sueño. Atinadamente, recordé esa foto, en la que aparecían varios de mis antepasados y en la cual me centraba. Sí, tiene que ser esa, me dije sin dejar de andar.
Regresé sobre mis pasos y volví a entrar en ese espacio de la casa, ahora un poco cambiado, con la pintura de sus paredes saltada por la humedad, pero que unos momentos, quizás horas antes, en mi sueño, reflejaba hermosura, paz, tranquilidad y en dónde me sentí tan bien. Lo contemplé y fui feliz nuevamente, ya que a pesar de no haberla conocido, había platicado justo en ese espacio, al menos por unos instantes y en un sueño, con mi mamá.
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