jueves, 3 de junio de 2010

... la muerte de un árbol medianamente vivo.

La vida del desagrado, con las constantes vejaciones interiores, van mermando mis ganas de seguir...
Arbitrarias verdades, me sonríen, tratando de seducir mi lacónica existencia y haciéndome envidiar la vida de otros...
Pero sigo firme, atento a mi destino y probando múltiples factores que viciarán mi existencia en grandes malestares existenciales...
Pero sigo de pie, como un roble......   al fin de cuentas, los árboles mueren de pie.

1 comentario:

K. dijo...

¡Sigue! =)

Es muy grande esa última frase.

Saludos.