Las cosas no pueden ser peor en cuestiones de seguridad, cuando la tienes de frente. Cuando las noticias que leía en los diferentes periódicos en Internet, me parecía irritante saber que las autoridades responsables de proporcionar la seguridad, se dormían cada noche, pintando un muerto más a su currículum; sentía un temor ajeno, que me permitía darme la posibilidad de tener la tener la esperanza de que aquí, todo estaría bien y seguiría igual de tranquilo. Cuan equivocado estaba.
Desde siempre ha habido muertos de bala, muertos que son el resultado de venganzas entre terratenientes o de pleitos de pandillas. Pero cuando comenzaron a aparecer cuerpos desmembrados, con las cabezas quién saber dónde, mi temor ajeno, lejano, se acercaba al umbral de la realidad que, al día de hoy, ya es la que vive Colima.
Cuando la semana pasada una balacera aturdió la madrugada del "tranquilo" Colima. Una de esas balaceras que eran ajenas, ocurría mientras el día de los colimenses apenas era un augurio, y que dejó perplejo a más de uno al amanecer y darse cuenta de que su tierra ya no es ese tranquilo lugar. A ese acontecimiento, siguieron más, y ahora, las cosas son diferentes. El fin de semana, ya no fue el tema de moda el mundial de futbol, no. El tema de moda ahora, es, la inseguridad que se ha apoderado de un Estado, en dónde hasta hace algunos meses, su gente podía disfrutar, sin la incertidumbre de poder estar en un fuego cruzado.
PD: las familias aún tenemos la esperanza de que sea una oleada de violencia... como todos los Estados de este país...
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