Hace un momento leía un artículo
acerca de los géneros de música en la actualidad y me vino a la cabeza la
pregunta: ¿cuándo la música es buena o mala?
Evidentemente no soy un docto en
el tema, lo más que llegue a tocar fue un suculento y emblemático “do-re-mi
do-re-mi re-mi re-mi do-do” y listo. Pero siendo objetivo, ¿cómo podemos, desde
una trinchera tan subjetiva, opinar de qué es bueno o malo en la música? Creo
que la música se debe de sentir, te debe de transmitir algo, debe de provocar la
producción de endorfinas para que “sea algo” para quien la escucha.
Este, es un tema que puede llegar
a ser tan espinoso como la política o la religión. La música puede llegar a
proporcionar reacciones tan diversas que, aun escuchando la misma canción,
depende del estado de ánimo en el que estemos al escuchar la
canción/melodía/rola, será diferente.
Creo que la “buena y mala” música
está definida por los prejuicios que tenemos, que con el paso del tiempo vamos
adquiriendo y terminamos encasillando al rock como sinónimo de drogas y sexo, o
al género grupero en narcotráfico y bajo nivel educativo. Lo que si no podemos
evitar es, que con cada nuevo ritmo, aparezcan tal o cual estilo de canciones,
que, apoyándose en el género, se creen letras cada vez más violentas y/o
sexualmente provocativas que, terminan por estereotipar la música.
No se si los arpegios de la
quebradita, o los acordes la cumbia, o el ritmo del reggaetón cumplan con las
reglas básicas de lo que los conocedores del tema, califican como música, pero
son fenómenos que culturalmente marcan tendencias, estilos de vida y hasta
modos de vivir.
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