Las cosas se pusieron tensas. Ante la gran cantidad de
información, con tantas y tantas versiones diferentes, el huracán parecía ser
el destructor de gran parte del pacífico central mexicano. Por fortuna, y a
pesar de los detractores gubernamentales, no fue así. Una cortina de humo, un
instrumento mediático y hasta un meteoro generado por máquinas bien
chingonsotas de los gringos para apoyar al gobierno mexicano para aprobar leyes
que benefician a los güeros (y negros, amarillos, azules que aquí no se
discrimina por razones de color). Muchas fueron las hipótesis, pero lo mejor
fue que la catástrofe profetizada no ocurrió.
Cuando apenas Colima se estremecía, unos por la decepción
política, otros por la alegría política y la mayoría por el despilfarro de las
nuevas elecciones que se llevarán a cabo después de la anulación de la elección
anterior para gobernador, la resaca fue peor: un super huracán se enfilaba a
costas colimenses.
El meteoro que horas antes, al amanecer del jueves era una
tormenta tropical, al pasar el medio día ya era un huracán, y para el final del
día ya estaba tomando una fuerza nunca antes vista por la rapidez en que lo
hizo. En 1959 un huracán azotó las costas colimenses, siendo tristemente
recordado como un meteoro que causo muchas muertes en el municipio de Minatitlán.
Todos los habitantes de aquella época, que a la fecha viven, lo recuerdan con
gran respeto, porque uno nunca dimensiona el peligro de un evento de esta
magnitud. Es por esta razón que, en esta ocasión, las pérdidas de vidas fueron
(hasta el momento), nulas. La población dimensionamos lo que ya había ocurrido
y preferimos resguardarnos. Ya las voces que culpen la ingenuidad de la
población o el abuso de información gubernamental para beneficiarse, se harán
oír muchos días. Ellos sabrán.
Lo importante es que a pesar de que a muchos les duela el
que no hubiera cientos de muertes, porque así lo sugirió el gobierno, el saldo
fue material. Los daños millonarios causados en detrimento de la economía de
muchas familias, son la muestra de que si fue destructivo y causó muchas
pérdidas. Pero bueno, hay quienes hubieran querido ver mucha sangre regada, o
al menos eso aparentan decir.