Colima.... Tierra de parcialidad periodística...

Recuerdo cuando niño, que mi abuelo me mandaba a comprar el periódico, no preguntaba cuál comprar, era el Diario de Colima. Siempre me gustó leer las caricaturas que publicaban, los famosos Frijolitos y Cuervoman. Ya un poco más grande, por ahí de los diez años, comencé a leer las columnas que contenía y que en gran cantidad de ocasiones no sabía a que se referían.

Poco a poco comencé a interesarme por el ir y venir de las cuestiones que afectaban al Estado, así que de esa manera lo escrito en el rotativo fue más claro. Pero había otro periódico, el “Decano del periodismo colimense”, el Ecos de la Costa. Ese diario lo comencé a leer porque ahí escribe un tío en la sección de deportes y por esa razón sólo leía esa parte. En realidad me acostumbre a leer el Diario y el Ecos no me gustaba en su distribución de las noticias.

Fui fiel testigo de la deshonrosa “venta” [por el cambio de la forma editorial con que se manejaron], de la que hasta ese momento pensé que tenía, de la dignidad del Diario de Colima, pues en la campaña del ex Rector Fernando Moreno Peña este rotativo le pegó con tubo y a sólo unos días de ganar la gobernatura, los ataques contra el entonces Gobernador electo, cesaron y todo fue elogios y con el fin ya conocido por todos: el antiguo rival escribe una columna en este periódico.

El Ecos se volvió el periódico del Estado, el que elogia sin más interés que el propio a un Gobernador limitado en inteligencia, que se deja llevar por sus impulsos, dejando de lado su “carácter” de político. Porque como reza el verso, en la política hay que aprender a tragar mierda y no hacerle caras.

Por su parte el Diario se convirtió en el principal rival del Gobierno dejando ver su parcialidad total, cosa que es hiriente para una sociedad “democrática”, sedienta de verdad por parte de los que se supone deben de ser imparciales, y que de ese modo tergiversa la gran mayoría de la información que sale por parte de los actos o eventos organizados por Gobierno del Estado.

Es una vergüenza para Colima, porque en este momento los dos periódicos están publicados en la Internet, que personas de todo el mundo que los lean, se den cuenta de los pleitos de lavadero en los cuales se enfrascan los dos rotativos. ¿Dónde quedó la imparcialidad que se desbocan en decir tienen ambas ediciones? Pura mierda es la que sacan. Por una lado un dictador como Héctor Sánchez de la Madrid, por el otro un oportunista político venido a menos como Humberto Silva Ochoa. Los dos con la única intensión de jalar agua para su molino sin tomar en cuenta que tienen la responsabilidad de informar fiel e imparcialmente lo que sucede.

Ahora, el simple hecho de comprar cualquiera de los dos periódicos me da weba. No pretendo tirar mi dinero para informarme de chismes. Si esa fuera mi intensión, me levanto a las 6 de la mañana y salgo a la tienda para esperar el pan mientras las señoras del barrio se ponen al tanto de lo que pasó el día anterior.

Hace algunos meses en su blog, Slader comentó un atropello [así lo tomé] del cuál fueron victimas varios grupos de rock colimenses por parte de la voracidad de Diario de Colima. Ese cometario fue avalado por otro bloger, Esaú Hernández el cual documentó claramente cómo el director de este periódico mandó a su reportera y fotógrafo para desprestigiar el trabajo de muchos.

Es recurrente la manera en que estos dos medios de comunicación toman partido por intereses que sólo convienen a ellos mismos y que a la sociedad, a quienes se deben, no les da ningún servicio.

Por fortuna hay varios rotativos que no se dejan llevar por estos pleitos de vecindad y que al menos dan diversidad en la noticia. Pero, ustedes decidan. El Diario o el Ecos. Para mi son lo mismo.