miércoles, 10 de enero de 2007

¿Feliz año?

Por alguna extraña y muy, muuuuuy desagradable razón, personas de las llamadas comunes y corrientes tratan de hacer de sus vidas un insoportable infierno. ¿A qué me refiero? Pues bien. Se trata de comentar el como las personas pueden llegar a obsesionarse tanto con el pasado que lo tienen en el presente. Está bien, voy rápido. Me refiero a que por sucesos desagradables que les pasaron, dichas personitas, van adquiriendo hábitos de autodestrucción que, pueden no ser notorios, pero van mermando su calidad de vida. Y, ¿a qué me refiero con sucesos desagradables? Pues a: muertes de personas muy queridas, despidos de empleos, truenes con sus parejas o simplemente que se perdieron el último capítulo de su serie favorita.
Pueden pasarse horas, días, semanas…. Bueno, ya saben, mucho tiempo lamentándose de ese hecho. Algunos son capaces de volverse retraídos. Otros pueden adquirir vicios. Unos pueden llegar a cosas más drásticas como el suicidio. Pero todos, TODOS, son prisioneros de sus propias vidas. En este caso pueden llegar a liberarse con solo desearlo, pero están tan ensimismados en su propio dolor, en su propia lástima, que de ahí se sujetan para darse a proyectar. Aunque juren que no es así.
Personalmente les digo que me desagradan ese tipo de personas. Por el hecho de que ellas mismas pueden salir tan rápido de su pesar, de su “problema”, que da coraje que no lo entiendan. El autoflajelo es su manera de vivir (in)feliz la vida para ellos. Todos nosotros podemos tener a personas conocidas, allegadas, amigos que pueden sufrir esto. Vamos diciéndoles con acciones que no están solos. Que se puede salir de ese hoyo fácilmente. Y que el pasado puede tornarse hermoso. Siempre y cuando, lo dejen, en el pasado.
Para ti...

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