lunes, 13 de abril de 2009

Los días de descanso...

Playa.
Durante mi estancia en Colima, en compañía de la niña más hermosa, nos lanzamos a Cuyutlán a pasar un día relajándonos en la playita. El día transcurrió estupendamente, la estancia fue magnífica. La compañía, la mejor. No podría describir la tranquilidad que me provoca el aroma, sonido y brisa del mar.

Lamentablemente hubo una cosa que me molestó sobre medida: la gente puerca. Es impresionante la cantidad de botellas de cristal, claro, de cerveza, regadas por la playa, a merced de la marea. Por un momento creí que podría al menos hacer algo para poder recogerlas, pero era una tarea imposible. Acudí a las autoridades para que hicieran algo y la respuesta fue la de casi siempre, echarse la bolita unos a otros. La única autoridad que tenía presencia notoria, Gobierno del Estado, me decían que ellos no hacen ese trabajo, que acudiera con las autoridades municipales, las cuales no estaban trabajando por ser vacaciones, según me comentó un policía municipal. Es inconcebible que, estando en pleno periodo vacacional, en un lugar turístico, no haya autoridades que se hagan responsable por el cochinero dejado por los visitantes.

Es claro que el problema inicia por las personas que no tienen respeto por los demás, pero peor es que, sabiendo de la problemática, se limiten a decir: “mañana va a estar igual”. El conformismo nos está dañando cada día más.

Ciudad.
El día de ayer nos fuimos, mi novia y yo, a comer al parque regional. Desde su remodelación tenía ganas de ir y ver que las autoridades se estén preocupando por los espacios familiares de los colimenses. Y grata sorpresa me he llevado, dado que el lugar es un espacio muy rico para descansar y relajarse. Comí un sabroso tatemado que estaba de rechupete. Caminamos por las diversas áreas que ofrece el parque y en su medida proporción, es un lugar en el cual se han aprovechado los espacios dados por la naturaleza para que el colimense o los visitantes pasemos un rato agradable.

Ya por la tarde-noche, en el centro, nos tomamos unas ricas y sabrosas [y bien merecidas] chelas para redondear el día. El mes colimense de la lectura ofrece en el centro [y creo que en diversos puntos de la ciudad y el estado] eventos para el fomento a la lectura, combinando música, danza y demás demostraciones artísticas. Pero, una de las acciones que la Secretaría de Cultura ha venido realizando, creo que no es la más acertada. El regalar libros a diestra y siniestra creo que es un desperdicio de muchos volúmenes que, utilizando otras formas de difusión, pudieran ser bien aprovechados por los lectores. Platiqué con una persona de nombre Víctor Uribe [la cual me dijo su puesto en la Secretaría de Cultura, pero no lo recuerdo] que me explicó la mecánica que ahora se está dando para repartir tomos en cada uno de los puntos por dónde van. Me comentó sobre un libro [del cual me regaló un ejemplar] que a especie de “diccionario poético” se les reparte a los niños para que vayan adentrándose en el mundo de la literatura de una manera sencilla. Creo que en ese punto, es un acierto la manera de acercar a la lectura a los niños y jóvenes.

En resumen, estas son las luces y sombras de unos días de descanso.

2 comentarios:

Miguel Aram dijo...

Pues afortunado tu que tuviste puras luces, porque los que tuvimos pura sombra pos nos la pasamos de la shit!!

Y eso de juntarnos a tomar unas chelas nomás no se hizo, ni hablar.. Es chido que te la hayas pasado bien aqui en colima ;)

Tamos en contacto pues!!

Javier ... [ M. M. M. ] dijo...

Así es señor, falto tiempo y ponernos de acuerdo, pero pues ya regresaré y podremos echarnos una buena plática mediandola unas buenas chelas....

Saludos...