El día de las mamás...

Hay temas que quedan pendientes en estas dos semanas de ausencia. El virus de la influenza porcina [ahora renombrado de la influenza humana (que no se supone que si afecta al humano pues es influenza humana)]; la polémica creada en torno a esta [para algunos, no pocos, supuesta] epidemia con visos de pandemia; los truculentos acuerdos que llegaron a Ley en el Senado de la República, cuando por la contingencia sanitaria, casi casi a escondidas, se aprobó la nueva Ley de la policía, que entre otras cosas permiten a los policías federales hacer labores de inteligencia encubiertos, intervenciones de comunicaciones entre otras [como si a este país le hiciera falta más incompetentes armados y sin identificar para cometer delitos], así como la aprobación de que ya todos seremos “motos legales” al poder portar cierta cantidad de droga [para consumo personal]; el fuchi de la Federación Mexicana de Futbol a la Conmebol por ser racistas para con nosotros por la influenza; entre muchas cosas que han sucedido en estas dos semanas.

Pero, ayer por la noche, escuchando unas canciones y siendo víspera del Día de las Madres, recordé a la persona que fungió como ese ícono con el cual no todos tuvimos la fortuna de haber contado, mi tía Alicia. Creo que es la primera vez que festejaremos juntos, eso me da mucha alegría.

Recuerdo la emoción que me daba el hecho que hablara por teléfono, ya no se diga verla. Por aquellos tiempos [hace veinte años maomeno] eran dos visitas por año: en verano y en invierno. A pesar de regaños, ella era, y sigue siendo, mi mamá. Desde que tengo uso de razón, he sabido que mi mamá murió cuando yo era muy pequeño, pero un niño necesita esa figura, y yo encontré [a pesar de la distancia] mi figura materna. Y el apoyo que me ha dado desde siempre, deja claro que sí, es mi mamá.

Por eso, desde esta atalaya quiero desearle lo mejor en este día y decirle que la quiero con todas mis fuerzas.

¡¡¡ FELICIDADES MAMÁ !!!.