martes, 22 de septiembre de 2015

La cosa no es el crédito.



Pues en mi estado, al igual que varios otros (por no decir todos), estamos viviendo lo que comúnmente conocemos como el año de Hidalgo…. sí, que chingue a su madre el que deje algo. Pero aquí los políticos y el gobierno en turno, pues como que les quedó chico el pastel y se autorizó un crédito por… va, mil seiscientos millones de pesos (centavos más, centavos menos). No me voy a meter en cuentas y razonamientos, que no es lo mío, sino en lo que todos somos bueno o al menos al güey le hacemos: la opinología.

Y es que hace aproximadamente tres años, el congreso del estado, que es mayoría priísta claro, le autorizó al gober solicitar un crédito choncho, cosa de muchos miles de pesos. Después de tres años, se le viene un problema al mero mero de palacio de gobierno, porque resulta que no tiene para pagar pensiones a adultos mayores, despide a poquito más de mil trabajadores de contrato del gobierno del estado (ok ok, algunos tricolorcillos mamones dirán que simplemente no les renovaron su contrato… ta bien, se las paso) y a los profes les deja de pagar prestaciones. Estos dos últimos puntos vinieron a dar al traste al despapaye político en Colima. Digo, un montón de viejitos sin lana no le quitan el sueño a un gobernador. Pues los despedidos, que ya quedamos que son NO recontratados, lo comenzaron a seguir en los pocos eventos a los que se animó a ir, para reclamarle que los que en verdad no trabajaban, seguían cobrando de lo lindo y hasta dobleteaban. Pero, lo que si le dolió, fue que los profes dependientes del estado, le pararan las clases una semana completa, y pues esto nuncamente había pasado por esto lares del pacífico. El gober ya se sentía en Oaxaca o Guerrero, pero en chiquito. Esto y muchas otras cosas que pa´qué les cuento, detonó en la solicitud al congreso para que le autorizaran pedir otro crédito. Sí, pedir prestado para pagar lo que debo.

Y sí, hay que pagar lo que se debe para que las finanzas sean saneadas. Es como si ustedes no le pagan a Coppel los calzones de elefantito o la tanga de leopardo que compraron la navidad pasada… pues los van a embargar. Y entonces, ¿el crédito se necesita?, pues claro, si no aparece la lana, de algún modo se debe de pagar lo que se debe. Y aquí comienzan las preguntas: ¿qué pasó con ese crédito que ya se pidió?, ¿en qué fue gastado toda esa marmaja?, y demás. La respuesta sí se hizo esperar, porque había que dar una muy buena (que al final no lo fue), y cuando la dio, pues el mero mero del gobierno se puso a señalar a quienes hicieron malos manejos en las finanzas del estado (que es grave que supiera los chanchullos, pero pior, que no se haya dado cuenta de que un subalterno no manejaba bien la lana), habló de las participaciones federales que fueron recortadas para todos los estado, hasta se puso de víctima… pero, al gobernador economista, nomás no le salieron las cuentas.

Yo puedo plantear mis teorías más descabelladas, porque para eso es esta atalaya de la desinformación. Pero en realidad lo que me molesta, es la manera en que están dejando de lado el esclarecimiento del uso y manejo del dinero en las arcas del estado. Colima estrenará nuevo gobernador y una deuda de aproximadamente $7,000,000,000 (¡¡¡siete mil millones de pesos!!!). El congreso, que en pocos días será renovado, dejará un recado bien pegado en el muro que nadie ve, de que los que llegen formen una comisión para esclarecer esto de los dineros y que todos sabemos para qué sirven estas comisiones y son para diez cosas: pa´nada, pa´nada, pa´nada y pa´siete chingadas. Mientras ellos, los que salen, van a ver dónde pueden seguir mamando de esta lechita sabrosa llamada erario público.

Digo, yo sólo vine a opinar…

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