Más de una ocasión he tenido dificultades con más de una
persona cuando de géneros se trata. El más recurrente es el tema musical,
puesto que cuando digo que me gusta el rock, terminan preguntándome, “¿qué tipo
de rock?”. Eso sí que me crispa. Si bien, las clasificaciones resultan ser
adecuadas para algunas cosas, en la música creo que sale sobrando el conocido
común denominador… la música. Ya hace algunos ayeres tuve un post acerca deesto.
Una más en la cuenta de estas
clasificaciones es el área literaria; cuando me preguntan qué tipo de libros me
gusta leer, les resulta tonto cuando contesto, “del que sea”, ya que asumen que
debo de preferir la novela, o el cuento, o el ensayo, o…. bueno, el punto es
que no soy tan clavado en ese sentido. Por lo general un libro me gana con las
primeras páginas que leo. Así de simple. Hay grandes obras que simplemente no
terminan de cuajar en mi nebulosa, comienzo a leer una vez que me recomiendan un
título (Rayuela de Julio Cortázar), y es simplemente otro mundo, no he podido
pasar de la página 10 [sea cual sea el orden por dónde comience]. Los cuentos
no es algo que me llame mucho la atención, pero he leído algunos de principio a
fin sin problemas y lo mejor, que los he disfrutado. Esto último es lo que me
llama la atención de un libro, sea cual sea su género, si en las primeras
páginas comienzo a disfrutarlo, es un hecho de que lo terminaré.
Aunque propiamente no es un
género, se usa para clasificar (por personas con menos de tres dedos de frente),
lo masculino y femenino: los colores. Yo no sé qué carajos se cargan con eso
del rosa y el azul. Si un hombre se pone una camisa, camiseta, remera, franela,
playera o como quieran llamarle, no faltan los fanáticos del sexismo en una
actitud burlesca y tratando de denigrar al portador, tachándolo de gay. Esto me
lleva a pensar, lo idiotas que son, que ni de su pendejés se dan cuenta. Digo,
si una mujer se viste de azul no le están chingando con eso…. pero no sea que
siempre vista de negro, porque la tacharán de…. de cualquier cosa que no cuadre
con los estereotipos genéricos del/la
imbécil que la critique.
No me es grato encasillarme en
un género, por el simple hecho de pertenecer. Si me gusta, se me antoja, me
complace y a nadie dañe [que si lo molesto no me interesa], para mi está bien.
Al final, siempre hay alguien en contra de todo. Como yo.
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