martes, 1 de septiembre de 2015

Mi problema con los géneros



Más de una ocasión he tenido dificultades con más de una persona cuando de géneros se trata. El más recurrente es el tema musical, puesto que cuando digo que me gusta el rock, terminan preguntándome, “¿qué tipo de rock?”. Eso sí que me crispa. Si bien, las clasificaciones resultan ser adecuadas para algunas cosas, en la música creo que sale sobrando el conocido común denominador… la música. Ya hace algunos ayeres tuve un post acerca deesto.

Una más en la cuenta de estas clasificaciones es el área literaria; cuando me preguntan qué tipo de libros me gusta leer, les resulta tonto cuando contesto, “del que sea”, ya que asumen que debo de preferir la novela, o el cuento, o el ensayo, o…. bueno, el punto es que no soy tan clavado en ese sentido. Por lo general un libro me gana con las primeras páginas que leo. Así de simple. Hay grandes obras que simplemente no terminan de cuajar en mi nebulosa, comienzo a leer una vez que me recomiendan un título (Rayuela de Julio Cortázar), y es simplemente otro mundo, no he podido pasar de la página 10 [sea cual sea el orden por dónde comience]. Los cuentos no es algo que me llame mucho la atención, pero he leído algunos de principio a fin sin problemas y lo mejor, que los he disfrutado. Esto último es lo que me llama la atención de un libro, sea cual sea su género, si en las primeras páginas comienzo a disfrutarlo, es un hecho de que lo terminaré.

Aunque propiamente no es un género, se usa para clasificar (por personas con menos de tres dedos de frente), lo masculino y femenino: los colores. Yo no sé qué carajos se cargan con eso del rosa y el azul. Si un hombre se pone una camisa, camiseta, remera, franela, playera o como quieran llamarle, no faltan los fanáticos del sexismo en una actitud burlesca y tratando de denigrar al portador, tachándolo de gay. Esto me lleva a pensar, lo idiotas que son, que ni de su pendejés se dan cuenta. Digo, si una mujer se viste de azul no le están chingando con eso…. pero no sea que siempre vista de negro, porque la tacharán de…. de cualquier cosa que no cuadre con los estereotipos genéricos del/la imbécil que la critique.

No me es grato encasillarme en un género, por el simple hecho de pertenecer. Si me gusta, se me antoja, me complace y a nadie dañe [que si lo molesto no me interesa], para mi está bien. Al final, siempre hay alguien en contra de todo. Como yo.

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