Teatro en sábado

Ayer me fui con mi novia al teatro. En el marco del mes colimense de la lectura y el libro, se presentó la obra-monólogo Diatriba de amor contra un hombre sentado de Gabriel García Márquez. Yo, quien me declaro fan de Gabo no tenía ni idea de la existencia de esta obra, la cual se ahora, es la única que ha escrito. Simplemente fantástica. Con un buen sabor de boca salí después de la actuación de la chava, que en este momento no recuerdo el nombre, y la buena ambientación. El papel del hombre sentado fue excelente, porque eso de actuar estando sentado más de una hora sin articular palabra alguna escuchando los reclamos fue en verdad una muy bueno, definitivo.

Con un retraso de aproximadamente media hora, pero que valió la pena, y con un teatro muy concurrido comenzó esta diatriba que puso a reflexionar a las mujeres ahí presentes y a uno que otro hombre que de seguro habrá recibido más de una pedrada.

Tenía ya bastantes años que no entraba al teatro Hidalgo y gran sorpresa, muy bien remodelado. Es una fortuna que la mal lograda Secretaría de Cultura y el Gobierno del Estado promuevan este tipo de eventos para que las personas nos acerquemos al teatro.

El punto en contra fue la gran cantidad de teléfonos celulares que sonaron, a pesar de ser conminados todos los presentes a apagarlos (de perdida ponerlos en modo vibrador), y sobre todo la cantidad de niños llorando (esos si que no los podían apagar).

Ya para cerrar el día, una buena michelada para refrescar la garganta y dar el retoque al buen sabor de boca con que me dejó la obra.

En resumen, una tarde-noche de sábado en el teatro que me dejó satisfecho y con ganas de seguir asistiendo.