viernes, 9 de enero de 2009

Entre el dolor y el sufrimiento.


Todos hemos sentido dolor y algunos hemos sufrido. Pero, ¿cuál es la diferencia? Hasta hace unos días tenía la idea de que vienen junto con pegado, pero después de una charla con un buen amigo, me ha quedado claro que no.

Hay sólo un pequeño paso entre los dos sentimientos. Cuando algo termina, hay siempre dolor, porque como lo he escrito anteriormente, todo cambio es doloroso. El gran problema viene cuando nos aferramos. Cuando idealizamos una situación, un trabajo, una compañía, una relación, nos aferramos y damos ese pequeño paso. El dolor se supera, invariablemente; ¿no lo crees? Bueno. Veamos. ¿Cuántos parientes o amigos muy queridos o familiares han muerto y te ha dolido? Pero el tiempo, lento como es su costumbre, lo mitigó [en sí al decir ‘el tiempo’ me refiero a que en la vida nos topamos con más obstáculos o bendiciones y poco a poco el dolor va desapareciendo].

Pero, ¿qué pasa cuando nos aferramos a algo o a alguien? El dolor queda presente, pero de lado, y llega el sufrimiento. Mientras más seguimos ‘enganchados’ a ese sentimiento, que quizá nunca podrá ser real o volver, podremos esperar que el sufrimiento vaya creciendo. Para evitar lo anterior, debemos de aprender a aceptar las cosas que no pueden cambiar, y sobre todo, no tratar de hacer más largo algo que no podrá ser. Porque por más que lo queramos, no podrá ser.

Aceptando que algo ya cambió y no volverá a ser lo mismo, es un buen comienzo.

3 comentarios:

CaPaGla dijo...

En efecto, el dolor es inevitable, pero solo nosotros tenemos la decisión de sufrir. En lo personal creo que todos debemos tener un proceso de luto para curar las heridas y encontrar el “¿PARA QUE?” y no el “¿POR QUE?” de ese dolor; aprender que es la oportunidad de tomarlo como un crecimiento personal. Al aferrarte solo causas dolor a tu corazón y puede llegar a repercutir en las personas de nuestro alrededor causando también sufrimiento en ellas. Y para concluir y que para mi es muy cierto aquel dicho o refrán “Cuando te toca, te toca; Cuando no, ni aunque te pongas”.


Saludos!!!

Miguel Aram dijo...

Muy bien explicado, mi buen!! El dolor es algo que escapa a nuestra voluntad sentir o no, es inevitable (en efecto), el sufrimiento es una desición, es la intención de acrecentar nuestro dolor.

Ahora, el dolor nos enseña muchas cosas sobre nosotros mismos. A veces es bueno dejar que el dolor llegue, entre, mueva las cosas de su lugar, haga los estragos que tenga que hacer, desordene las ideas de nuestra cabeza, etc, etc, etc... El dolor es enteramente disfrutable, si no lo hacemos nuestro amigo, poco podremos aprender de él y de nosotros mismos... Cuando el dolor haya hecho todo lo que tenía que hacer y gastarnos todas las bromas pesadas que tenía guardadas para nosotros y que haya desordenado nuestra mente (poco o mucho) se le dice: "Ya? Bueno, entonces ya puedes irte..." Y dejarlo ir, y creeme, solito se va.

La linea entre el dolor y el sufrimiento es muy muy delgada, bastante.. A veces uno no sabe si esta dolido o sufre. Quisiera pensar que lo primero. Yo toy igual que tú, jeje, sumergido momentáneamente en esa franja y como dice "CaPaGla" en mi proceso de luto para curar las heridas

Saludos

Javier ... [ M. M. M. ] dijo...

Sí, mi proceso de luto está creando en mi una experiencia más... Ojala todo vaya bien...

Saludos...