...ay mamá qué será lo que quiere el negro.

Pues se llegó el día, el Presidente de la Nación más abusiva del planeta llegó a México. Algunos lo llaman el Presidente del mundo, por lo que implica ser Presidente de Estados Unidos de Norte América, pero si bien Barack Obama ni por enterado está de este mote, bien sabe todo lo que representa. Es penoso darnos cuenta de ver la manera en que el presidente de México [sí, con minúscula] sea un sirviente a placer del mandatario gringo en turno, porque eso implica para los vecinos del norte que el país entero se arrodilla ante su emperador negro.

Pero pues ya está aquí, causando un gran gasto al mermado erario mexicano, pues la movilización de tropas, policías, estado mayor, así como de los vehículos que cada dependencia utiliza, el dinero que se emplea en desempolvar el Museo de Antropología [que esto nos demuestra que para el visitante promedio, el polvo es parte de la utilería del mismo museo], la cena de recepción, los meseros, en fin, todo lo que implica una visita de esta índole, no creo que sea menor al millón de pesos. Dinero tirado a la basura porque creo que los acuerdos a los que se puedan llegar en esta cortísima visita, bien pudieran hacerse por teléfono. El caos vehicular adicional que generan los cortes a la circulación, sólo, para evitar que sufra algún atentado, es otro de las cosas que se sufren en esta, ya de por sí, turbulenta ciudad.

Pero hay que alabar al “emperador negro”, ese tipo de ente inmortal que decide que está bien o mal y que debe de moverse en el planeta para que su país no tenga carencias. Pero al haber sucedido eso, el que su pueblo se encuentre en una grave situación, poco le importa que en el resto del planeta nos esté yendo peor, porque mientras él y sus seguidores mejoren su situación, los demás no importamos.

Pero sigamos adulando petulantes muestras de descaro por parte de los gobernantes. En fin, al cabo que tenemos para comer. Sigamos votando por personas sin moral, apoyando proyectos podridos de raíz. Sigamos tendiendo conformismo. Sigamos así y seguiremos teniendo muestras de despilfarro, en todos los ámbitos de la vida diaria.