Como todo partido político en el país, comenzaron los golpeteos desde hace algunos meses porque tal candidato estaba haciendo proselitismo indebido o que si las acciones de otro candidato dañaban el buen camino de dichos comicios. Declaraciones iban y venían y los electores se comenzaban a inquietar. La hecatombe estaba anunciada.
Remontándonos casi dos décadas al pasado, vemos el nacimiento de un incipiente partido político que harto de las elecciones de estado, viendo que el país se cuadraba ante un Gobierno represivo como lo fue el régimen priista, y sediento de justicia para los presos y desaparecidos políticos, el PRD encabeza una lucha con bandera izquierdista que daba esperanza a miles de familias mexicanas para reestablecer la justicia en México. Teniendo como cabezas de su dirigencia a expriistas reconocidos y como base ideológica movimientos revolucionarios de los años sesenta y setenta.
Los ideales socialistas han estado presentes en la “izquierda” perredista desde sus inicios, pero es claro notar, que en los últimos años este partido ha sufrido grandes cambios. La radicalización de sus demandas, que si bien están encaminadas al progreso del país, dan a conocer una turba de militantes que por medio de la fuerza quieren hacer valer sus derechos a costa de lo que sea.
En lo personal creo que las nuevas corrientes perredistas vienen a dar al carajo con lo logrado por muchos militantes, que a base de luchar incansablemente, han posicionado al partido en el lugar que tiene ahora, ser la segunda fuerza política en el país. Las bases que a mediado de los años ocheta se dieron para fundar una renovadora izquierda han sido tergiversadas y el partido se está desmoronando.
El resultado hasta el momento de estos comicios ha sido desfavorable. Las pugnas internas no han dado cabida a la razón, a la democracia que tanto dicen profesar. Acarreados, urnas ordeñadas, padrones inflados, ¿les parece esto conocido? Esperemos a que la dirigencia nacional perredista, la cual está acusada de apoyar a uno de los candidatos, de a conocer los resultados después de hacer un recuento de las casillas de dudosa procedencia y contenido.
Un “presidente Legítimo” salido de las filas de este partido es una de las puntas de lanza de su inminente desplome. Deberían de coadyuvar todas las corrientes en puntualizar acuerdos que le den fuerza y de esa manera llevar a cabo acciones en defensa de la nación. El poder corrompe a cualquiera, eso ya lo notamos, pero creo que esa sed de poder, si se usa inteligentemente, puede saciarse y dirigir al país a un rumbo de progreso.
Creo en el poder que la izquierda puede adquirir para el bien de los mexicanos. Pero no creo en dirigentes cegados por tenerlo todo. De esa manera sólo se hundiría al país.
Del PRD en Colima no cabe hacer comentario alguno.
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