Hasta donde se, una de las demandas del Frente Amplio Progresista (FAP) [‘brazo legislativo-armado’ de AMLO] al tomar las tribunas del Congreso de la Unión, era un debate sobre la reforma de PEMEX para de esa manera tener varias propuestas e impedir la ‘privatización’ de la paraestatal. El debate se dio; argumentos fueron y vinieron y todas las voces fueron escuchadas [tomemos en cuenta que muchos de los que debatieron no fueron legisladores]. Y después de todo este debate, producto de un reclamo justo, que quizá la forma de exigirlo no fue la más adecuada pero bueno, se lleva a votación en ambas cámaras para su aprobación o eventual rechazo. Pues hasta ese punto todo pinta bien, creo yo.
Se realizó el debate, exigencia para poder votar una reforma electoral, y ahora resulta que legisladores de las fracciones parlamentarias que constituyen el FAP puedan tomar [nuevamente] las tribunas para evitar que sea aprobado el dictamen que resulte de las votaciones. Si era NO al debate, malo; dijeron que SÍ y ‘pior’. Háganme el favrón cabor.
Por otro lado, se realizó una consulta ciudadana [a la cual no asistí por creer que fue una opción, si bien acertada, mal planeada y pésimamente ejecutada]. Esta consulta fue para darle ‘voz’ al ciudadano de a pie, a usted y ami estimado lector, a las personas que pudiéramos resentir los efectos de la privatización, en caso de que este sea el resultado con la reforma. Hubo muchas personas que votaron y dieron el visto bueno para que PEMEX NO se privatice. Otros tantos dijeron SÍ a la reforma. Y los resultados ahí están. Una marcada minoría de la población en edad de votar acudió en todo el país.
Según se, una consulta ciudadana no puede ser aceptada para modificar o tomar partido dentro de una votación en ambas cámaras. La ley no lo estipula. Entonces bien, si la Ley no permite esta clase de expresiones ciudadanas, por muchos o pocos votos que se hayan emitido en dicha consulta, no hay razón para exigir que se tome en cuenta. Nunca he estado en contra de que los mexicanos nos expresemos, al contrario, pero creo que mientras no tomemos una actitud de responsabilidad al elegir a nuestros representantes, e incluso ser nosotros los representantes, no se podrán modificar las leyes o crear nuevas, para que la voz del pueblo sea escuchada mediante dichas consultas. Le guste a quien le guste, así es la cosa, esas son las leyes [y creanme que a mi no me gusta eh].
El FAP de la mano de AMLO creen que llamando a la resistencia civil ‘pacífica’ van a cambiar las cosas. Quizá se pueda, pero me pregunto, ¿cuál sería el costo? Social, político, económico, el que sea, ¿cuál sería el costo? ¿Una nueva revolución acaso? ¿Un golpe de estado se tendría que gestar? Espero que mis interrogantes sólo sean producto de las muchas películas que he visto y que nada malo saldrá de esos llamados a la lucha pacífica.
Pero en verdad, lo que si quisiera que me respondiera AMLO, si tuviera la fortuna de tenerlo frente a mí [y me lon quisiera responder y no hiciera uso de su derecho a no hacerlo], es: ¿si no es lo que usted propone, nunca estará contento?
El empecinamiento desmedido que se le nota a este personaje es ya por demás enfadoso. En un momento simpaticé con algunas de sus múltiples propuestas, creí en su momento que de llegar a ser Presidente de la República sería bueno [con sus marcadas reservas]. Ahora, con esa actitud, mucho de lo que llegué a pensar como bueno, ha desaparecido.
¿Inteligente? Sí, lo es. ¿Ambicioso? También lo creo. Espero que esa ambición que ahora refleja, no se convierta en algo más, en algo peligroso, porque de que es seguido, lo es, y por muchas personas.
Debemos crear mecanismos que nos permita ejercer nuestros derechos, sin dejarles a esos depredadores mal llamados representantes populares, que tomen las decisiones, puesto que ya vimos que muy poco hacen por beneficiar al país[y los que hacen ese poco trabajo, son muy pocos].
Nuevamente apelo a la buena voluntad y sobre todo a la crítica, de ustedes lectores para, en caso de estar equivocado me lo hagan saber y, de esa manera, corregir el error.
P.D. En varios lados he leído o escuchado sobre críticas constructivas. Una cosa tengo clara, la crítica tiene un solo fin y es el de chingar; hacerle notar a alguien que la cajeteo. Estoy abierto a toda clase de crítica. Al fin de cuentas, para eso escribo. Un saludo a todos.
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