martes, 10 de marzo de 2009

La ecuación de mi vida...

Recurrentemente voy preguntándome cómo podremos salir de este bache en el que estamos atascados. Muchas pueden ser las respuestas, pero coincidentemente todas recaen en que, si no cambiamos nuestra manera de pensar, de no ser derrotistas a más no poder, poco se podrá hacer.

Mi mayor temor es el pensar que no cambiaré de pensar. De que día a día siga igual, que no evolucione en ese punto; veinte años y pienso x+y; veinticinco, x+y; veintisiete, la misma ecuación. Muchos dirán, las incógnitas van cambiando mientras va pasando el tiempo. Sí, pero la misma ecuación me tendría estancado en un ciclo interminable, porque mientras a mi alrededor existe una cantidad inmensa de incógnitas con las cuales puedo darle un sentido más complejo a esa ecuación llamada vida, sigo jugando con valores que sólo me tienen estancado. Mientras más compleja sea la ecuación que conocemos como vida, ese resultado llamado destino, podrá ser mejor. Y trataré de explicar que es lo que quiero decir.

Alguna vez leí, en una de esas cadenas que llegan a mi correo electrónico, sobre un sabio y su discípulo, que día a día pasaban por la casa de una familia, la cual tenía una vaca, y era de esa vaca de la que vivían. Para obtener dinero, ordeñaban a la vaca y fabricaban quesos que vendían en el pueblo y así podían comprar enseres y ropa; además de que tomaban parte de esa leche para consumirla. Para comer, usaban a la vaca para arar la tierra y de esa manera obtener frutos. Un día el maestro le dice a su discípulo que empuje a la vaca contra el precipicio… Y bueno, el fin de la historia ya la saben [el que no, avíseme y se la mando]. La cosa es que esa familia ya tenía su ecuación de vida hecha. Sus variables iban y venia, porque algunas veces pudieran no fabricar quesos y comarcar los frutos cosechados, pero su ecuación era la misma. Les quitaron una de sus incógnitas y tuvieron que sustituirla por otra(s).

Cada uno es el que decide si cambia o no su ecuación, pero como les dije, el pensar que la mía siga siendo la misma, es un temor muy arraigado. Muchas personas podemos ser tercos al cambio, pero que pobres podemos llegar a ser al no querer evolucionar.

Por eso, no me quedo en la misma ecuación. Traro de aumentar incógnitas a mi vida. Me arriesgaré. Y si en una de esas no funciona [si esas otras incógnitas me indeterminen], podré volver a mi estado anterior y seguir intentando con algo nuevo.

Gracias niña hermosa, por apoyarme.

5 comentarios:

Miguel Aram dijo...

Oooorale!! Esto sí que esta verdaderamente profundo e interesante. Parece que te has puesto bastante reflexivo en estos días. Chido chido, uno de los mejores post que he leído en este blog. Muy bueno.

Y pasando a cosas más agradables. No crees que estas estancado con la misma variable en cuestiones musicales?? (Oasis), digo, ya pasó su etapa de "pseudo-éxito". Si cambias esa variable y te atreves a sustituirla (nueva y mejor música), quizá tambien puedas evolucionar en ese aspecto. [Ya sé lo que me vas a responder, así que mejor no lo respondas, jajajajaja]

Un saludo mi buen. ;)

Javier ... [ M. M. M. ] dijo...

Gracias sr, pues escribo la verdad que me sucede, lo que se vive en el día...

x+y=z.... Pero, (x+y)^Oasis=The best.... Jajajajajajajaja

Saludos men...

CaPaGla dijo...

Genial!!!

Saludos!!

Alma dijo...

La ecuación de mi vida dista mucho de ser igual.. se la apsa cambiando y creeme eso también da miedo. Y un chingo, a veces siento que paso más temerosa por el hecho d esaber que cambia la cosa, que pro el cambio mismo.

A mi me da miedo el cambio, peor no em ha quedado otra que afrontarlo

Unknown dijo...

Eso es todo mi buen!!! Un abrazote desde Colima carnal, te deseo todo lo mejor, cuidese mucho caon.