viernes, 6 de marzo de 2009

A una semana.

Hace una semana partí de Colima. No quiero decir me fui, porque el regreso es seguro, aún a pesar de muchos jajajajaja. No se desharán tan fácilmente de mí.

No he dejado descuidada esta humilde atalaya del apoyo y descontento social, religioso y hasta moral, pero la razón por la cual no he escrito, es porque me tocó llegar en un momento de mucho trabajo para la persona que me da alojamiento, y lo menos que hago es apoyarla en lo que pueda.

Una semana es muy poco para poder afirmar que el vivir en el DF no es tan malo; pero debo decirlo, creo que las obras viales están funcionando en esta ciudad. Hay quienes se quejan de que no sirven, que estorban demasiado, pero siendo objetivo, siendo miles de automovilistas tratando de llegar a cualquier parte a todas horas, ¿cómo demonios quieren se hagan esas obras sin estorbar? Si alguien tiene una respuesta lógica y real, que me la diga. Pero dudo que alguien la tenga. En fin.

Tengo la oportunidad de estar “trabajando” [en sentido figurado, porque no percibo sueldo alguno], en Palacio Nacional, uno de los monumentos más hermosos que he tenido la oportunidad de visitar. He accedido a lugares que los turistas no tienen acceso, como lo son las oficinas que se encuentran en el segundo patio. La naturalidad con que los trabajadores de las dos dependencias que aquí laboran [Hacienda y Presidencia] se desplazan por los pasillos como si fuera una oficina cualquiera, me genera un poco de curiosidad; me imagino trabajando en una de las cientos de oficinas y fascinarme como si fuera la primera vez que estuviera aquí [quizá este punto es demasiado subjetivo, porque como dice la canción, “es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor” y quizá todos terminen por ver a este edificio tan monótono como cualquier oficina]. Otra de las cosas que me ha llamado la atención, es la naturalidad con que “conviven” civiles y militares, porque siendo este uno de los puntos emblemáticos del país, residen en este lugar, un destacamento de guardias presidenciales y una “colonia” de policía militar, que son los encargados de la seguridad del inmueble; unos, los civiles, caminan [caminamos] con aquel desenfado ante la mirada vigilante, de los otros, los militares. Hoy me tocó ver, de rapidito, la ceremonia de izamiento de la bandera monumental en la Plaza de la Constitución, pero desde dentro de Palacio Nacional, por el pasillo. Espectacular. A pesar de ser un crítico de las políticas gubernamentales, el protocolo castrense, ver esa chispa que todavía queda del protocolo de República, es muy chido.

Mi estancia ha sido muy buna hasta ahora y será productiva para el fin por el cual estoy aquí. Es poco tiempo aún, pero creo que por la distancia, puedo decir sin titubear, que extraño Colima, ver a la bandera y pues claro, ver a mi niña bonita. Pero todo esto será muy satisfactorio.

La política, la violencia, religión y muchos más, seguirán siendo temas en este blog, pero no se me desesperen amables lectores asiduos [que creo son pocos jeje], porque ya no soy el mismo webon de antes que tenía tiempo hasta para ver la novelas de las 12. Así que quizá la entrega sea semanal, pero no me vayan a dejar sólo eh, porque en una de esas a mitad de semana se pública algo.

El Distrito Federal es un galimatías de un galimatías. Poco tiempo y mucho de que contar. Pero nada se compara con el Colima de mis amores.

Un saludo… Y pues aprovechen el aire limpio, porque ah como me arden los ojos… Hasta pronto…

2 comentarios:

Alma dijo...

mmm.. el DF.. que ciudad tan intrigante. Yo pienso que esa de esas urbes que aun no podemos explicar cómo es que se sobrevive en ella y peor aun que se disfruta vivir ahí. Pero sin duda a mi me encantaaaaa ir de vacaciones!!!

Oye ya hor que te codeas con el presidente, no te nos vayas a ausentar por mucho tiempo, he??

Javier ... [ M. M. M. ] dijo...

Jajajajajaja, nada de eso, por aquí estaré....

Y a pesar del tráfico y todo lo demás, es una ciudad muy interesante....

Ya estaré reportando, jajaja...

Saludos y nuevamente, que bueno que estés de regreso...