Vacaciones en puerta

Pues llegaron las tan ansiadas vacaciones de semana santa. Son esos tres días de descanso dados por la tradición católica de asistir a las iglesias para conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo. Pero la mayoría traducimos lo anterior en reventón, playa, mucha diversión y un chingo de alcohol. En mi condición de estudiante a punto de egresar debiera de aprovechar este último periodo vacacional y reventar mi cochinito y ahogarme en alcohol como Dios manda, pero la cuestión es que de la misma manera por la que debiera hacerlo es por la que no tengo dinero. La vida del estudiante es en ocasiones muy miserable y de pobreza extrema. Así que deberé de conformarme con ir un solo día a la playita [Manzanillo es lo más seguro], de entrada por salida y divertirme a lo máximo con la chava más hermosa del mundo. Es de esas veces que me pregunto, ¿por qué cuando encuentras a esa persona especial es cuando menos dinero tienes? En fin, veremos cómo le hacemos.

Los que ya tienen sus vacaciones preparadas con anticipación, pues sólo me resta demostrarles la envidia que corroe mi cuerpo y desearles que se la pasen poca madre… Ya qué más queda decir. Bueno, si queda algo que decir y es que no sean irresponsables y, si van a ingerir alcohol, peyote, mariguana o cualquier otra cosa que altere sus sentidos, pues sean cuidadosos. No quiero funerales ni visitas a hospitales, o al bote.

De mi parte no me resta más que desearles buenas vacaciones y que el relax sea para bien. Suerte…