Una de las peores hecatombes ha regresado: las campañas electorales.
Mientras a nivel mundial se vive una crisis económica que, según los que saben, será peor el próximo año, en nuestro país nos preparamos para ver una de las más vergonzosas maneras de desperdiciar el dinero. Veremos una vez más como personas, que no tienen el menor respeto por alguien que no sea esa persona misma o sus familiares y amigos, tiran el dinero en sus campañas. Lamentablemente no entiendo como se destina tanto dinero a ese tipo de acciones, tomando en cuenta que con la mitad de esas cantidades pudieran hacer sus campañas de una manera adecuada.
Radio, televisión, periódicos, en las paradas del camión, en los postes, en bardas, podemos notar como tiran el dinero, porque no se puede decir de otra manera. En estos medios serán los encargados de bombardearnos con sus propuestas [en la gran mayoría de las veces incumplidas], a pesar de la reforma electoral que les prohíbe pagar tiempos en los medios de comunicación electrónicos, pero si podrán utilizar los llamados tiempos oficiales para tales acciones.
Promesas, desde las más creíbles hasta las falacias más estúpidas, serán el pan de cada día en los próximos meses. En Colima estaremos mucho peor, porque sumado a los pleitos, que es en lo que se convierten las campañas, estará el “jaloneo” político por la negativa del PRI respecto a la reforma electoral promovida por Acción Nacional que, a grandes rasgos, proponía la reducción de las campañas electorales y que la SCJN echó abajo, luego de una Controversia interpuesta por el tricolor y que acarreará más desaciertos que buenas propuestas.
Así nos esperan los próximos meses en el país, en estás elecciones intermedias. Ya veremos quién es el ganón en su cada cual y darnos cuenta de todas las mentiras que dicen en campaña.
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