Creo que ya debemos de tener en cuenta que las personas infectadas o portadoras del virus siguen siendo eso, personas y que ninguno de los demás, por el hecho de no padecer lo mismo, y los discriminamos, padecemos una peor enfermedad: la ignorancia. Porque no se vale, que a estas alturas del partido [en contra de la enfermedad] se tengan prejuicios de esa naturaleza. El cómo adquirieron la enfermedad está de lado, ese es un tema del cual nadie tiene derecho a opinar. Si fue por un “error humano” [por los desafortunados casos de transfusiones de sangre contaminada] o por tener relaciones sexuales sin protección es cosa aparte. Lo indignante es que personas con un nivel educativo “alto”, como lo pueden ser trabajadores de un corporativo de esa índole, tengan tan poco cerebro para saber afrontar una realidad que ya está aquí y que de ninguna manera se irá, por el hecho de que quieran tapar el sol con un dedo.
Todo lo anterior lo escribo, partiendo del supuesto de que este chavo fue discriminado laboralmente e incluso, fue victima de presiones para que renunciara.
Pero quizá no todo esté perdido en la lucha contra el virus. Hace algunos días leí la noticia de una persona infectada con el virus y enferma de leucemia, erradico la presencia del VIH en su organismo después de someterse a un transplante de médula ósea. Es un caso aislado, pero marca un precedente de que de alguna manera, se van comenzando a ganar batallas importantes en esta guerra.
Lamentablemente para la ignorancia y la estupidez, la ciencia no ha encontrado la cura.
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