Desde hace años México sufre de un mal social, uno de las peores caras de la delincuencia: el secuestro.
Mientras la sociedad mexica se aprieta el cinturón cada día más, los secuestradores modifican su modus operandi, al ser más “concientes del problema económico”, que los rescates son “más concientes” con la realidad financiera a de las familias. El secuestro, por su naturaleza de violencia física y sicológica, es a mi parecer, uno de los actos delictivos más lacerantes [junto con la violación], porque no sólo es la afectación del que vive en carne propia el secuestro, sino que las familias sufren de igual manera.
Hace unos días comenzó la discusión en le Congreso de Coahuila sobre la pena de muerte a secuestradores que asesinen o lastimen a sus víctimas. Ayer se difundió la noticia que el Congreso de ese Estado aprobó esta iniciativa, promovida por el Gobernador, y que será enviada al Congreso de la Unión para su eventual aprobación. Pero ya se cerraron los candados legales [de hecho ya estaban], puesto que en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos está abolida la pena de muerte.
Pero, ¿es una medida acertada la pena de muerte en un momento tan violento en el país? ¿Se amedrentará a las bandas de secuestradores que lo último que les da miedo es morir? ¿Cuáles serán las repercusiones sociales, tomando en cuenta que la impartición de justicia en México es peor que un chiste de Jorge Ortiz de Pinedo?
En México tenemos un sistema de impartición de Justicia tan patito, que el ojo por ojo es un verdadero “harakiri”. No me creen, ¿cuántas personas están presas siendo inocentes? ¿Cuántos delincuentes de gran calado viven de lujo en las cárceles? Y me puedo seguir páginas y páginas. El Gobernador Moreira tiene razón, hay que ponernos en el lugar de las víctimas y sentir su angustia y dolor para desear eso, estoy de acuerdo y hasta en ciertas ocasiones he pensado [y pienso] que esa es una de las mejores soluciones que puede haber para ciertos delincuentes. Pero mientras no se tenga una impartición de justicia verdadera, en este país no se podrá pensar en la pena de muerte.
Nota: Lean la columna de Katia D´ Artigues de hoy... Les dejo la liga y chequen que cosas... Saludos
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