martes, 16 de diciembre de 2008

EL Teletón y el costo de sus lágrimas...

Después de varios días publico sobre el TELETÓN. Iba a hacer una completa disertación sobre el por qué no me parece el programa de televisión, pero prefiero que la columna de Carlos Loret de Mola del 9 de diciembre expresen lo que yo pienso. Además he tenido muchas cosas en la cabeza como para hacer un texto largo y enfadoso. Extraigo algunas de las cosas que creo son fundamentales en mi manera de ver este programa.

“Adentro, un grupo de científicos tampoco duerme las 30 horas que dura el programa. Ahí, el Teletón pierde sentimiento y gana rigor numérico: las lágrimas de Lucero se miden en pesos; los exhortos de Fernando El Chobi Landeros, en depósitos, y se puede establecer si la invitación a donar en favor de los niños con discapacidad hecha por Marco Antonio Regil atrajo más dinero en Nuevo León o en Oaxaca. Los milagros necesitan quién les haga la talacha. Para eso, el Teletón ha creado una estructura que mide todo en hojas de cálculo: cuánto se ha depositado por teléfono, cuánto en sucursales, cuánto por tarjeta de crédito o Internet, cuánto por estado, cuánto en el extranjero y cómo se comparan esas cifras con años anteriores.”
“Se planea hasta qué conductor presentará cada historia: si una niña se llama Lucero, quién más sino su tocaya famosa. Con base en perfiles y oficios se asignan a cada conductor los expedientes con los que puedan motivar la generosidad. Cada uno conoce con semanas de anticipación las historias de los niños y familias que entrevistará, se organizan convivencias para “romper el hielo” y cada presentador es informado de un índice que cuantifica el promedio de lo que recaudó por cada persona que estaba viendo la tele cuando salió al aire la historia a su cargo.”

Para los que gusten, pueden leer la columna haciendo clic aquí.

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