Prioridades chingao...

Fuente: El Universal

Mientras los Diputados se dan un pequeño presupuesto extra de tan sólo 300 millones de pesos para un asunto delicadísimo para toda la nación, construirse un nuevo edificio que albergue a los protagonistas del arte del borreguismo, las fuerzas armadas están en una franca crisis en medio de la guerra librada contra el crimen organizado. En un documento enviado al Senado, la Sedena hace constar que de no incrementar los recursos económicos y dejar de lacerar a la institución quitándole elementos para canalizarlos a la PFP, en muy poco tiempo las fuerzas armadas de este país terminaran por sucumbir ante el crimen.

Cuando se da a conocer la cifra de que más del 50% de los policías en el país no son aptos para dar seguridad a la población, el Sedena da a conocer cifras de miedo, dado que de 1999 a 2006 se canalizaron 4 mil 981 soldados a la PFP de los cuales 4 mil 873 desertaron, y claro, tuvieron que ser cubiertos por más personal militar. La pregunta obligada es, ¿qué es lo que hacen o a qué se dedican esos desertores?

Lamentablemente el Gobierno le apuesta a una súper policía que pudiera ser dirigida por uno de los funcionarios con mayor desconfianza de la población, y que sintiéndose apoyado por el Presidente, quiere dejar en manos de una institución de dudosa reputación la seguridad de este país.

El dinero destinado al Ejército y Armada [dos de las instituciones menos corruptas y con mayor credibilidad entre la población] queda en segundo plano. Al final de cuentas ellos sólo son responsables de la soberanía de la nación.