martes, 7 de agosto de 2007

Una más del catolicismo...

Hace algunos días, publiqué un comentario acerca de la iglesia católica y la repugnancia de algunos de sus ministros. De cómo la arquidiócesis de Los Ángeles haciendo valer su poderío económico compró el silencio de muchas personas para que sus historias de ultrajes y vejaciones en contra de niños no salieran a la luz. Partiendo de dicho acontecimiento, que por si sólo es un acto reprobable, es obvio que la iglesia católica como rectora de posiciones conservadoras, está mostrando su verdadero rostro.
No es de pensarle mucho. Esta institución tiene uno de los pasados más negros en cuanto a asociaciones religiosas se sabe, pasando por uno de los lapsos más escabrosos de la historia humana, el mal llamado Santo Oficio. [Que de santo ni el luchador, porque ni lo conocían.]
Es así cómo llegamos al Siglo XXI, a la modernidad, a la casi ausencia de valores, a la falta de pudor, al valemadrismo juvenil [el que se sienta aludido por esto último, créanme, no lo escribo de mala leche] a tantos vicios sociales que se dan en estos tiempos, que es casi imposible desenterrar actos que hace veinte o treinta años fueron cometidos por sacerdotes y que en su tiempo eran vistos como impuros para quienes los sufrieron. Ahora, aquellos niños y jovencitos, crecieron, hicieron valer su derecho de replica y dejando de lado el pudor estúpido que le imprime esta religión a todo lo que tenga que ver con la conducta sexual, se armaron de valor y denunciaron a sus agresores. Pero pues siempre hay amigos, colegas o hasta cómplices vayan ustedes a saber, que salen en defensa de sus cuates y dándose vuelo de las limosnas pagan el silencio. Aquí podríamos comentar lo estúpido que puede ser alguien quien ha sufrido este tipo de abuso y con dinero se conforme para que sus atacantes queden liberados de toda culpa. Otros pensarán que después del lanonón que les dieron les vale madre si el wey que los vejó arde en el infierno o lo meten a la cárcel.
De esto podemos desprender que la mismísima iglesia católica está dando luz verde a su feligresía para que, si tienen una muy buena lana suficiente para pagar un abogado chingón que defienda su caso y que le quede otro tantito para indemnizar a sus victimas, se pongan a violar niños y jovencitos. Si ellos lo hicieron, ¿por qué los demás no pueden? Posiblemente es una de las enseñanzas extras que les dan en los seminarios, por eso es sólo que ellos pueden hacerlo.
Es deprimente que pasen estas situaciones. Es ahí cuando se debe de poner en la mesa de debate el celibato. Es ahí cuando los líderes católicos deben de saber que son humanos, que sienten cosquillas a la hora de pensar en sexo como todos. Es ahí, en esos casos, cuando los que nos consideramos católicos tenemos que levantar la mano y opinar. Dios, para los que creen en alguna deidad, es para todos. Y ellos, los sacerdotes, obispos, arzobispos, cardenales y el mismo papa, deben de entender que ya no estamos en la edad media. Tenemos que reformar la manera en que nos acerquemos a Dios. Saquémoslo de los altares laminados con oro y pongámoslo en cada uno de nosotros. Lamentablemente por unos pierden todos. Y sobre todo, la credibilidad de una institución milenaria está quedando por los suelos. La próxima vez que aborde este tema, trataré mi punto de vista acerca de la evolución de la iglesia católica.
PD: A los católicos que lean esto, no es una ofensa para ustedes, simplemente es un punto de vista. Y si se ofenden, pues ya no lean este blog porque lo que sigue les va a parecer peor.

6 comentarios:

Miguel Aram dijo...

Fueron 660 millones de dólares que pagó la Arquídiócesis Católica de Los Angeles como "indemnización" a las 508 víctimas de los abusos sexuales cometidos por los sacerdotes. Es una vergüenza, la iglesia es una vergüenza, una mierda, un asco de institución religiosa... Y la reglión en sí, por qué no? Es el cáncer de la sociedad!!

Tewé Nesérame dijo...

Como en todooo en la vida hay que tener criterio. Creer en algo superior a nosotros mismos es parte del ser humano, los malos manejos y la corrupción es cosa de todos los días, el problema es que los feligreses se hagan de la vista gorda y pasen por alto estos abusos y contradicciones en el "decir y el hacer" de los que manejan esta empresa, porque a final de cuentas todas las religiones tienen una estructura empresarial y se mueven (como todo) por el dinero... la espiritualidad (creo yo) existen de manera innata en el ser humano, no hacen falta instituciones.

Javier ... [ M. M. M. ] dijo...

Lamentablemente la espiritualidad, como lo pregona la iglesia católica, es el gancho para cometer toda clase de atropellos y es de ese gancho del cual debemos de safarnos. Y como bien lo dices Newé Nesérame, no hay que hacernos de la vista gorda y enfrentar a los pseudo representantes de Dios en la tierra.

Anónimo dijo...

En respetuoso desacuerdo. La espiritualidad es responsabilidad de uno y sólo de uno. Si lo quieres ejercer por tu cuenta lo puedes hacer (sin dirección); pero, si quieres ejercerla a través de una institución, no nos olvidemos que éstas están formadas por hombres.
Los peores crímenes de la historia han sido en nombre de Dios, de los Nazis, del Petróleo, pero siempre hechos por una mano humana.
No te tienes que safar de ningún gancho, sólo sé responsable en tus criterios.
Cuando das una limosna, quien hace el bien eres tu. Si se malgasta, quien hace el mal es otro, no tu. Si te falta credibilidad en la institución, cambia a otra, pero no dejes de ayudar (te adelanto que la otra institucióon, incluyendo el mismo beneficiario o quien recibe tu ayuda, algún día te podrá decepcionar).

Homo Omini Lups Est.

Anónimo dijo...

corrijo:

Homo Homini Lupus Est

Javier MMM dijo...
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