Cuando levanté la manta, lo vi. Estaba lleno de polvo, señal del largo tiempo que había permanecido en el olvido. Un poco descascarado pero con su fuerza interna intacta para sorprender a un niño de 11 años. Ahí estaba el Alien. Al principio fue un poco difícil comunicarme con él, era algo dominante para mi corto entendimiento, hasta ese momento, de lo que me quería decir. Poco tiempo después, meses creo, comprendí bien todo y desde ese momento descubrí la delicia de leer. Ya encarrerado, viajé para ser participe de una Muerte en el Vaticano; Las saldalias del pescado me ayudaron a seguir los pasos de El abogado del diablo.
Tiempo después traté de tener mi propio compendio de historias y decidí retomar la lectura. Pude así, en un miniaño sabático viajar por 11 mundos diferentes. Fueron once las historias que viví, desde repasar El proceso del cual nadie supo el caso, vivir trabajosamente durante Cien años de soledad, tratar de descubrir que es lo que encierra El código Da Vinci, hasta adentrarme en El evangelio según Jesucristo. Y desde ese momento hasta ahora y hasta mi final seguiré viajando.
Ya ha pasado mucho tiempo, pero el legado que ahora ya hace 26 años me dejaste, nada podrá superarlo. Gracias por darme la oportunidad de descubrir el maravilloso mundo de los libros. Gracias por 26 años de ayudarme a madurar. Gracias mamá.
E.A.D.
26 de agosto de 1941 – 26 de octubre de 1981
2 comentarios:
Que chido post caon, muy sincero. Disculpa que ya no te comente nada más, pero tu lo has dicho todo.
Saludos
En acuerdo con slader. Y aquneu quedó muy lindo el post parece coo que si continuas no pararías de agradecer cosas..
Saludos.
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