En México, al ser un país en pleno desarrollo, se ofertan infinidad de carreras en las universidades públicas y privadas. Todas las oportunidades de trabajo están repartidas según la región. Al menos eso es lo que dicen. Cuando los estudiantes salen de las carreras se encuentran con el problema de que no hay plazas laborales para la carrera que estudiaron.
Hace apenas unos días el rector de la Universidad de Colima, el M. en C. Miguel Ángel Aguayo, declaro que las universidades del país no son responsables del aumento en el desempleo entre jóvenes egresados de instituciones de educación superior. Hasta cierto punto tiene razón, porque ellos no obligan (hasta cierto punto) a los jóvenes a estudiar tal o cual carrera. Pero si están obligados a reformar las carreras que imparten dependiendo la demanda laboral que se tiene en ese momento.
Me ha tocado ver una gran cantidad de licenciados en derecho, licenciados en administración, médicos, licenciados en comunicaciones y muchas más carreras que parece que regalaron los títulos y de los cuales son un número reducido los que encuentran un trabajo acorde a sus estudios y más aún, los menos consiguen un trabajo con un sueldo decente.
En este momento me preocupo en gran medida, porque estoy a año y medio de egresar de la carrera y de pronto me topo con que las carreras que menos estudiantes arrojan al campo laboral son Archivonomía y Biblioteconomía. ¡¡¡Por Dios!!! Perdonen ustedes la reacción, pero algunos creemos que las computadoras, los juzgados, los hospitales, las escuelas, son los lugares que más trabajo tienen para nosotros, los todavía estudiantes. Pero no, resulta que me voy a matar estudiando algunos añitos, para que tenga que talonearle en una carrera que me pagará poco, si es que consigo trabajo en el área, y que claro me mataré en conseguirla.
Uno de los mayores problemas que veo en esto es que están produciendo desempleados en masa. Se imaginan, miles de licenciados en derecho sin trabajo o laborando en empleos que nada tienen que ver con sus carreras. Se da. Pero es aún peor darnos cuenta de que las autoridades universitarias y del gobierno tengan conocimiento del hecho y nada hagan para enmendar esta situación.
Así que esperemos que las instituciones sean más concientes de esta problemática y no sólo se excusen con el pretexto de que ellos no son responsables de esta situación. Porque no son estas instituciones responsables del problema en si. Pero estoy en el entendido de que si pueden evitar tal situación.
Hace apenas unos días el rector de la Universidad de Colima, el M. en C. Miguel Ángel Aguayo, declaro que las universidades del país no son responsables del aumento en el desempleo entre jóvenes egresados de instituciones de educación superior. Hasta cierto punto tiene razón, porque ellos no obligan (hasta cierto punto) a los jóvenes a estudiar tal o cual carrera. Pero si están obligados a reformar las carreras que imparten dependiendo la demanda laboral que se tiene en ese momento.
Me ha tocado ver una gran cantidad de licenciados en derecho, licenciados en administración, médicos, licenciados en comunicaciones y muchas más carreras que parece que regalaron los títulos y de los cuales son un número reducido los que encuentran un trabajo acorde a sus estudios y más aún, los menos consiguen un trabajo con un sueldo decente.
En este momento me preocupo en gran medida, porque estoy a año y medio de egresar de la carrera y de pronto me topo con que las carreras que menos estudiantes arrojan al campo laboral son Archivonomía y Biblioteconomía. ¡¡¡Por Dios!!! Perdonen ustedes la reacción, pero algunos creemos que las computadoras, los juzgados, los hospitales, las escuelas, son los lugares que más trabajo tienen para nosotros, los todavía estudiantes. Pero no, resulta que me voy a matar estudiando algunos añitos, para que tenga que talonearle en una carrera que me pagará poco, si es que consigo trabajo en el área, y que claro me mataré en conseguirla.
Uno de los mayores problemas que veo en esto es que están produciendo desempleados en masa. Se imaginan, miles de licenciados en derecho sin trabajo o laborando en empleos que nada tienen que ver con sus carreras. Se da. Pero es aún peor darnos cuenta de que las autoridades universitarias y del gobierno tengan conocimiento del hecho y nada hagan para enmendar esta situación.
Así que esperemos que las instituciones sean más concientes de esta problemática y no sólo se excusen con el pretexto de que ellos no son responsables de esta situación. Porque no son estas instituciones responsables del problema en si. Pero estoy en el entendido de que si pueden evitar tal situación.
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